30 marzo, 2010

Reseña: "El tren", Georges Simenon


El Tren
La literatura del siglo XX sería menos rica sin la pluma de Simenon: el papá del detective Maigret, es, sin dudas, uno de los novelistas más refinados del siglo.
El tren, es casi un diario íntimo que cuenta la historia de Marcel durante la deportación en un campo de refugiados en La Rochelle. Se debe precisar que el mismo Simenon, en 1940 tuvo el cargo de responsable en un campo de prófugos belgas justo en La Rochelle. Su escritura es rápida y excitante, exquisita y atractiva. El protagonista, se ve arrastrado por una tempestuosa aventura de amor y sexo durante el viaje al campo de refugiados. Mientras viajan, en el otro convoy, se encuentran su esposa embarazada y su hija pequeña. El amor inesperado se sobrepone al temor de la muerte, a lo desconocido y a la duda sofocante. "¿Tal vez me equivoqué al pensar que tenía una cita con el destino?". La pasión aquí lo es todo, vence las distancias, rompe las barreras con esa carga sensual que caracteriza la escritura de Simenon, talmente asombrosa como en Tres habitaciones en Manhattan, que lo consagró entre los más grandes novelistas de la pasión. Como un tren que pasa, se detiene en una estación y luego, silbando, continúa su camino. Estas páginas quedarán como legado para el hijo varón nacido durante la deportación, papeles que no sabremos si él llegará a leer, páginas escritas y escondidas por Marcel, quizás porque hasta el padre aparentemente más normal, un día quisiera tener el coraje de poder contar a sus propios hijos que él fue también otra persona.
El tren fue publicado por primera vez en 1961 y en 1973 convertido en un film con Romy Schneider.

Por Raffaella Ravasi